1. Estructuras de la pastoral familiar
La diócesis
La Delegación diocesana de pastoral familiar
267. Bajo la guía del Obispo, el centro de los diferentes servicios de la diócesis a la pastoral familiar es la Delegación Diocesana de Pastoral Familiar. Está llamada a desempeñar una función de importancia particular. Debe ser punto de referencia para toda la pastoral familiar en la diócesis y no debe faltar en ninguna.
Debe estructurarse de modo dinámico con un grupo directivo y una serie de equipos operativos que puedan atender de modo descentralizado y eficaz las distintas actividades que se promuevan. El grupo directivo debe estar compuesto por una serie de matrimonios y un sacerdote o consiliario; debe encargarse de la elaboración de un proyecto de pastoral familiar en toda la diócesis. Esto supone una coordinación general de todas las actividades que se realicen para que sean más fecundas y se asegure su eclesialidad.
Coordinación de organismos, grupos y planes
268. Este proyecto ha de incluir, en primer lugar, la coordinación de la Delegación de Pastoral Familiar con las otras pastorales: de catequesis, de educación, juvenil, sanitaria, medios de comunicación, de emigración, del clero y religiosos, para la elaboración y realización de planes que les afecten conjuntamente, como son: la elaboración de materiales diocesanos de catequesis de familia y vida en las distintas etapas; la preparación de un plan de educación afectivo-sexual en los colegios católicos; la organización de "itinerarios de fe" para novios, cursos de formación permanente, etc.
La coordinación de todos los grupos parroquiales de matrimonios, y los movimientos y asociaciones familiares que existen en la diócesis, para que los esfuerzos se unan en la consecución de los objetivos propuestos y se potencie y se apoye la creación de nuevos grupos.
Programas de formación
y organización de actos diocesanos
269. Además, el proyecto de pastoral familiar ha de incluir la preparación de cursos de formación de agentes de pastoral específicamente familiares, los cuales deben ser distintos en sus contenidos y programación de los de las escuelas de catequistas. También la organización de actos diocesanos, días de la familia, campañas de información, etc.
Asimismo, la organización a nivel diocesano de la pastoral matrimonial en sus distintas etapas: con especial incidencia en el fomento de las escuelas de padres, los grupos de novios y los cursos prematrimoniales. Esta organización deberá asegurar la idónea formación de los agentes y debe determinar y supervisar las exigencias mínimas de estas actividades. Se debe incluir una información sobre la enseñanza de los métodos naturales de conocimiento de la fertilidad.