EDUCACIÓN AFECTIVO-SEXUAL
Para la seudo cultura imperante, el acto sexual no es más que un juego desprovisto de toda
relación con el amor y el compromiso. Con este planteamiento no debe ser extraño
que se fomente a los niños a participar, cuanto antes, en estas experiencias
que en nuestro entorno más próximo llega a edades desde los trece años.
Estos comportamientos sexuales a
edades tan prematuras, además de los riesgos inmediatos que conllevan, existe
otro más remoto derivado de la conformación de la personalidad del niño y el
joven. Si como es universalmente aceptado, la sexualidad no es una vivencia
superficial, sino que afecta a toda la personalidad en su dimensión física,
psíquica y espiritual, los resultados de unos comportamientos inadecuados a edades
inmaduras pueden ser desastrosos.
Para contrarrestar estas ideas tan atractivas para adolescentes
y jóvenes se hace necesaria actualmente una pedagogía que trasmita la necesidad
de integrar adecuadamente esta importante dimensión de la personalidad para que
sea verdaderamente humanizante y dignifique.
Para adquirir dichos conocimientos están surgiendo algunas iniciativas
que tratan de orientar a los padres y educadores en el ejercicio de su función.
En concreto, la
Delegación Episcopal para la Familia y Defensa de la Vida ha
organizado un curso para monitores de educación afectiva y sexual que con el
título “Aprender a amar” está dirigido a padres catequistas, agentes de
pastoral familiar y juvenil, educadores de centros docentes, sacerdotes,
seminaristas y religiosos.
La fecha de inscripción a este curso termina el 30 de Septiembre,
pudiéndose dirigir al blog http://familiayvidacadizyceuta.blogspot.com.es/ o al teléfono
637262644.
Miguel
Ángel de la Huerga
Director del COF Cádiz