sábado, 14 de diciembre de 2013

Se clausura la primera edición del Curso para monitores de educación afectiva y sexual: ”Aprendamos a amar”

Se clausura la primera edición del Curso para monitores de educación afectiva y sexual: ”Aprendamos a amar”
Delegación Episcopal de Pastoral Familiar y Defensa de la Vida
El pasado sábado 14 de diciembre se ha clausurado en el Seminario de Cádiz la primera edición del Curso para monitores de Educación afectivo sexual: “Aprendamos a Amar”. La actividad, ha sido desarrollada por Begoña Ruiz Pereda, formadora de la Fundación Desarrollo y Persona. Su núcleo consiste en presentar el desarrollo de la sexualidad como un hecho positivo que implica a toda la persona, integrando sus dimensiones corporal y espiritual, según la propuesta cristiana.
La Delegación Episcopal para la Familia, la Defensa de la Vida y C.O.F que dirige el P. Oscar González Esparragosa, ha organizado este curso con el objetivo de formar agentes capaces de educar para el amor a adolescentes y jóvenes, presentando la sexualidad desde una perspectiva interdisciplinar (biológica, antropológica, ética y religiosa), abarcando toda su verdad y su significado humano y cristiano.
Las sesiones empezaron el pasado 4 de Octubre en la Escuela de Enfermería Salus Infirmorum, han tenido una duración de tres fines de semana, durante los cuales los 67 alumnos han conseguido una capacitación para impartir formación afectiva y sexual en escuelas, parroquias, centros de orientación familiar, grupos de jóvenes, etc. Entre los asistentes había padres, profesores, catequistas, profesores de religión, agentes de pastoral familiar y juvenil, sacerdotes, religiosos y seminaristas.
Debido al interés que ha despertado el programa ya se ha programado una segunda edición que se celebrará en Algeciras y comenzará el próximo 3 de octubre de 2014 y se desarrollará también a lo largo de tres fines de semana. Así mismo se ha llegado al compromiso de seguir la formación permanente a través de grupos de trabajo que se van a constituir.
En la actualidad, adolescentes y jóvenes poseen un alto nivel de información sobre el funcionamiento de los órganos sexuales y, a esa información, se le suele llamar “educación sexual”. Sin embargo, con frecuencia no se acompaña de la más mínima instrucción sobre el significado humanístico y religioso de la sexualidad, y sobre nuestra responsabilidad moral en el campo sexual, como seres inteligentes y libres. El curso pretende formar agentes capaces de colmar este preocupante vacío.
La Delegación Episcopal para la Pastoral Familiar y Defensa de la Vida confía en que esto mejore de forma sustancial el tratamiento de este tema en las aulas, en las catequesis y en las familias.