Ocho teólogos, siete de ellos dominicos,
han elaborado un documento de 21 páginas (en
su versión española) señalando los peligros e incoherencias que implicaría dar
la comunión a personas que viven maritalmente con quien no es realmente su
cónyuge ante Dios, como sugieren algunas propuestas del cardenal Kasper.
Los autores recuerdan que: "la Iglesia insiste (incluso frente a una gran presión) en que allí donde existe un vínculo válido no es posible un segundo matrimonio durante la vida del primer cónyuge."
"Cristo sí permite la separación de los esposos “cuando hay fornicación” [mê epi porneia, en griego], pero la Iglesia, la intérprete infalible de las Sagradas Escrituras, siempre ha interpretado que esto se refiere a la posibilidad de separarse en casos de adulterio, no a la de volver a casarse.
Reconocen que "la proclamación de las enseñanzas de Cristo sobre el adulterio y el divorcio siempre ha sido difícil y llama a la conversión en todas las épocas."
La castidad es exigente para todos
Además, señalan que el tema de la
castidad es exigente para todos, no sólo para los divorciados.
"La cultura actual asegura que la castidad es imposible e incluso dañina.
Este dogma secular es diametralmente opuesto a las enseñanzas del Señor. Si lo
aceptamos, es difícil entender por qué debería ser aplicado solamente a los
divorciados. ¿Acaso no es igual de ilusorio pedirle a las personas solteras que
se mantengan castas hasta el matrimonio? ¿No debería dejárseles también a ellos
el discernir si han de ser admitidos o no a la Sagrada Comunión? Los ejemplos
se multiplican".
Aprecian el ejemplo de aquellos divorciados que viven en castidad y lo
contraponen a los que ni siquiera lo intentan ni pretenden.
"Algunas parejas vueltas a casar civilmente sí tratan de vivir en castidad
como hermanos. Tal vez les sea difícil, y por momentos caigan, pero, movidos
por la gracia, se vuelven a levantar, se confiesan y vuelven a comenzar. Si
la propuesta actual fuera aceptada, ¿cuántos de ellos renunciarían al esfuerzo
de seguir siendo castos?"
"Por supuesto, muchos divorciados y vueltos a casar no viven en castidad.
Lo que los distingue de aquellos que intentan vivir en la castidad es que no
reconocen aún que la ausencia de castidad es un grave error, o al menos no
tienen aún la intención de vivir en castidad. Si se les permite recibir la
Eucaristía, incluso habiéndose confesado antes, mientras que continúan teniendo
la intención de vivir al margen de la castidad (una contradicción radical),
existe un peligro real de que sean confirmados en su vicio actual."
El divorcio en oriente: inaceptable
Sobre la práctica de las Iglesias
ortodoxas que permiten un segundo o tercer matrimonio (aunque celebrado bajo
otros rituales), comentan que es inaceptable para el catolicismo y la lógica
cristiana y que es fruto de presiones mundanas y políticas.
"Con el tiempo, y bajo presión de los emperadores bizantinos que
ejercían una autoridad agresiva sobre la Iglesia oriental, los cristianos
orientales terminaron identificando los “segundos matrimonios” después de la
muerte de un esposo con el divorcio y un nuevo matrimonio, y releyendo los
textos patrísticos bajo esta luz. En el s. X, el emperador bizantino León VI
forzó efectivamente a los ortodoxos a que aceptaran divorciarse y volverse a
casar. Su forma de proceder en la actualidad les permite, por la práctica
de la “economía”, segundos y terceros matrimonios después de un divorcio,
aunque con ritos matrimoniales por fuera de la Eucaristía".
Recuerdan que ya en el Segundo Concilio de Lyon (en 1274) la Iglesia latina
analizó y rechazó esa práctica de la Iglesia griega.
Advierten que lo que parece un pequeño cambio tendría un grave efecto sobre
todo el edificio teológico católico... y contradice elementos definidos
claramente también en el Concilio Ecuménico de Trento.
"No es posible en absoluto admitir a la Sagrada Comunión a quienes
persisten en el adulterio y a la vez afirmar estas doctrinas conciliares. Se
cambiarían las definiciones de Trento sobre el adulterio, sobre la
justificación (que implica la caridad así como la fe), o sobre el sentido y el
significado de la Eucaristía. Tampoco puede la Iglesia tratar el matrimonio
como un asunto privado, ni como uno que deba ser juzgado por el Estado, ni como
algo que deba decidirse por juicios individuales de la conciencia. Después de
largos debates, estos temas fueron claramente resueltos por un Concilio
ecuménico de la manera más solemne. Aquellas declaraciones han sido reiteradas
en repetidas ocasiones por el Magisterio contemporáneo, incluido el Concilio
Vaticano Segundo y el Catecismo de la Iglesia Católica".
Este es el esquema de su documento:
A. Resumen de las presentes propuestas.
B. Principios generales
1. El matrimonio sacramental es indisoluble
2. La historia de la definición del
adulterio y de las enseñanzas de la Iglesia sobre el divorcio
3. El matrimonio es esencialmente un
hecho público
C. Análisis de propuestas para la administración de la Sagrada Comunión a los divorciados y vueltos a casar
1.
¿Habrá que desesperar de la castidad?
2. Los precedentes de los primeros concilios y de los
Padres de la Iglesia
3. La práctica de
las iglesias ortodoxas
4. . Estas cuestiones se decidieron durante las
controversias de la Reforma
5.
El precedente de la comunión anglicana
moderna: ¿terreno resbaladizo?
6. ¿Comunión espiritual o sacramental para los
divorciados y vueltos a casar?
7.
El perdón es imposible sin
arrepentimiento y firme propósito de enmienda
8. Consecuencias de acercarse a la Sagrada Comunión en
estado de pecado grave
9. ¿Se reactiva una teoría moral ya rechazada?
10. Admitir que comulguen las personas vueltas a casar
causaría grave escándalo
D. Análisis de propuestas para cambiar
el proceso de anulación
1. ¿Se necesita una fe auténtica para
que el matrimonio sea considerado válido?
2. No se pueden conceder nulidades sin experiencia canónica y procedimientos canónicos
3. Imposibilidad de juicios subjetivos o personalizados en los casos matrimoniales
E. Elementos de una propuesta positiva para los sínodos
2. No se pueden conceder nulidades sin experiencia canónica y procedimientos canónicos
3. Imposibilidad de juicios subjetivos o personalizados en los casos matrimoniales
E. Elementos de una propuesta positiva para los sínodos
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