martes, 14 de abril de 2015

CATEQUESIS DE PREPARACIÓN AL MATRIMONIO Y A LA VIDA FAMILIA. ORIENTACIONES PASTORALES.


DIOCESIS DE CADIZ Y CEUTA.
Delegación Episcopal para la Familia y Defensa de la Vida.




CATEQUESIS DE PREPARACIÓN AL MATRIMONIO Y A LA VIDA FAMILIA.
ORIENTACIONES PASTORALES.



INTRODUCCIÓN
 
            El vigente Directorio de la Pastoral Familiar de la Iglesia en España  encomienda a las Delegaciones Diocesanas de Pastoral Familiar “tener conocimiento de todos los cursos (prematrimoniales) que se realizan y supervisar la coordinación de los mismos para que exista una coincidencia básica de contenidos, se realicen con una pedagogía adecuada y se asegure la preparación de quienes los dirigen” (n. 117).

En las últimas décadas, la Delegación Diocesana de Pastoral Familiar ha venido desarrollando esta triple encomienda: facilitando materiales catequéticos, y tratando de apoyar y coordinar la labor de los catequistas. Los intensos y acelerados cambios que se vienen produciendo en nuestro contexto socio-religioso hacen necesario que se revisen nuevamente los objetivos, contenidos y metodología de los encuentros o catequesis de preparación al matrimonio, para adaptarlos a las actuales características de los novios y a las orientaciones pastorales de nuestros obispos. También se ve necesario proveer a la formación permanente de los catequistas experimentados y también a la preparación básica de los que se inician en este servicio pastoral.

            Para atender a todas estas necesidades, la Delegación Diocesana para la Familia y la Defensa de la Vida, por encargo de nuestro Obispo, ha elaborado estas orientaciones pastorales que, en el futuro, deberán orientar a la Iglesia diocesana en el esfuerzo de organizar e impartir las catequesis de preparación al matrimonio y a la vida de familia.

ÍNDICE DEL DOCUMENTO

I-                    OBJETIVOS
II-                  AGENTES DE PASTORAL FAMILIAR
III-                METODOLOGÍA
IV-               CONTENIDOS
V-                 MODALIDADES DE CURSILLOS
VI-               RECURSOS Y MATERIALES

¿QUÉ PRETENDEMOS?
I.- OBJETIVOS


Según el Directorio de la Pastoral Familiar de la Iglesia en España[1], la catequesis pre-matrimonial debe estar claramente orientada a conseguir dos objetivos básicos:

-          Facilitar a los novios un conocimiento de las características del matrimonio cristiano, como camino de santidad que Cristo abre a sus discípulos en medio de la Iglesia y del mundo.
-          Asegurar en los novios la adquisición de las disposiciones subjetivas necesarias para la recepción válida y fructuosa del sacramento.

La consecución de estos objetivos nos compromete en cuatro líneas de acción:

-          Facilitar el encuentro de los novios con Jesucristo.
-          Promover su conocimiento del matrimonio cristiano.
-          Ayudar a su integración en la Iglesia.
-          Asegurar las disposiciones necesarias para la validez del sacramento.

1º.- Facilitar el encuentro de los novios con Jesucristo:
La catequesis de preparación al matrimonio y a la vida de familia ha de concebirse, ante todo, como una acción evangelizadora que debe facilitar a los novios un encuentro transformador con Jesucristo, a través de su Iglesia. No se trata, en primer lugar o exclusivamente, de trasmitir la doctrina cristiana sobre el matrimonio y la familia. Se trata, ante todo, de propiciar un encuentro de los novios con Jesucristo, que pueda suscitar en ellos la respuesta de la fe.
En muchos casos, la catequesis de preparación al matrimonio dará la oportunidad de hacer un primer anuncio de Jesucristo. Por eso, las catequesis prematrimoniales deben ser contempladas como una acción pastoral de evangelización de alejados.
Esto nos exige:
o   Anunciar a los novios que el inmenso amor de Dios sobre cada persona, es la fuente de la verdadera felicidad.

o   Posibilitar un encuentro de los novios con Cristo, en la convicción de que sólo la experiencia de fe les permitirá descubrir la fuerza que aporta Jesucristo a la vida de cada persona y del matrimonio.

2º.- Promover su formación cristiana:
            La catequesis de preparación al matrimonio también debe estar orientada a ayudar a los novios a descubrir el “Evangelio de la Familia y de la Vida” y la gracia del sacramento del matrimonio, despertando en aquellos las disposiciones necesarias para recibirlo con fruto.
La aproximación a este segundo objetivo incluye:
o   Facilitar a los novios el descubrimiento del Evangelio de la Familia y de la Vida.

o   Darles a conocer la riqueza de gracia del Sacramento del Matrimonio, presentándolo como una realidad positiva, orientada a hacer posible la felicidad del matrimonio y la familia.

o   Instruirles sobre los compromisos básicos que asumen los esposos cristianos: testimonio del amor de Dios a través de la unidad, fidelidad e indisolubilidad; apertura a la vida; educación cristiana de los hijos… 

3º.- Ayudar a su integración en la Iglesia:
La catequesis de preparación al matrimonio y a la vida de familia también debe invitar a los novios a participar más activamente, como futuro matrimonio, en la vida de la Iglesia.
La aproximación a este tercer objetivo incluye:
o   Facilitar a los novios el encuentro con una Iglesia acogedora, y creadora de comunidad, en la cual la fe es vivida, celebrada y testimoniada.

o   Contribuir a la integración activa de los futuros esposos en la comunidad cristiana, para que, en su seno, puedan continuar viviendo y madurando su fe, y dando testimonio de la presencia amorosa de Dios en el mundo.

4º.- Asegurar las disposiciones necesarias para la validez del sacramento:
                Las catequesis prematrimoniales deben, finalmente, garantizar la validez de la recepción del sacramento.

Esto incluye:

o   Favorecer en los novios la adquisición de las disposiciones subjetivas necesarias para una recepción válida y fructuosa del sacramento.

o   Preparar a los novios para que puedan tomar parte activa y consciente en los ritos de la liturgia nupcial.

La forma de acercarnos a estos objetivos dependerá de las disposiciones personales de los novios. Cada equipo de catequistas deberá adaptar el contenido y la metodología de los cursillos prematrimoniales a la realidad de los destinatarios concretos. En el caso de novios con escasa o nula formación de fe, y notoriamente alejados de la vida de la Iglesia, puede que debamos conformaremos con la oportunidad de hacer un primer anuncio de Jesucristo y del matrimonio cristiano, asegurando en los novios las disposiciones necesarias para recibir válidamente del sacramento.

¿CÓMO CAPACITARNOS PARA ESTA MISIÓN?
II.- AGENTES DE PASTORAL FAMILIAL


            El logro de los objetivos enunciados requiere la adecuada preparación de los agentes que imparten las catequesis pre-matrimoniales:

1º.- Los catequistas prematrimoniales deben ser verdaderos evangelizadores y no meros “adoctrinadores”. Han de ser hombres y mujeres animados por una fe viva y por un ardiente espíritu apostólico.

Es necesario, pues, que la comunidad asuma la tarea de formar matrimonios capaces de anunciar a Jesucristo, y su Evangelio de la Familia, con verdadera convicción, y capaces, por tanto, de suscitar o avivar la fe de los novios que se preparan al matrimonio.

Cada parroquia o, al menos, cada arciprestazgo o localidad, debería contar con un equipo de matrimonios encargados de la evangelización de los novios. Este equipo debería estar orientado y acompañado por un sacerdote o diácono. Debe constituir una auténtica fraternidad apostólica, en la que los diversos miembros se conocen, rezan juntos, se forman juntos, conviven y se comprometen activamente en la tarea apostólica común. La evangelización de los novios no puede ser cosa de agentes que trabajan aislados, sino una labor de comunidad.

2º.- Dada la dificultad de su misión, los catequistas pre-matrimoniales deben ser muy conscientes de la primacía de la gracia respecto a sus propias capacidades, actitudes y nivel de formación. Esto significa que la relación viva con el Señor y la apertura a la acción del Espíritu debe ser una prioridad en sus vidas de apóstoles. Los catequistas prematrimoniales deben tomar conciencia de que su labor en la pastoral familiar constituye un servicio a Jesucristo y a su Iglesia; una oportunidad para ejercer como discípulos y apóstoles de Cristo; una oportunidad, en definitiva, para su propia santificación.

3º.- Lo urgente y delicado de la catequesis pre-matrimonial reclama que los catequistas adquieran una preparación específica en lo que se refiere al conocimiento y trasmisión del Evangelio de la familia. Para ello, la Delegación Diocesana para la Pastoral Familiar y defensa de la vida, pondrá en marcha una Escuela de formación de agentes de pastoral familiar, que les ofrezca los medios para una preparación básica, y también para otra permanente. En cuanto sea posible, resultará de gran eficacia la matriculación de los catequistas prematrimoniales en el Máster en Pastoral Familiar.

¿CÓMO DESARROLLAR ESTA TAREA?
III.- METODOLOGÍA


La metodología empleada en las catequesis prematrimoniales debe responder a la naturaleza de los objetivos planteados. No se trata sólo de exponer una serie de contenidos sobre la vivencia cristiana del matrimonio, sino, sobre todo, de favorecer una experiencia transformante de encuentro con Jesucristo, con su Iglesia y con el Evangelio de la Familia y la Vida.

En consecuencia, la metodología debe estar orientada a conseguir que Jesucristo sea el protagonista real y palpable en toda la Catequesis prematrimonial. Sólo Él puede transformar a los novios, y consagrarlos para su misión de esposos y padres… Por eso, todo en los cursillos –el trabajo de los catequistas, la metodología empleada, los materiales, las actividades…- tiene que conducir a Cristo. Para ello es necesario establecer una metodología que ponga a los novios en contacto con Jesucristo, con su Iglesia y con el Evangelio de la Familia y la Vida. Ayudados por la experiencia de los cursillos, los novios deben acceder a la posibilidad de descubrir a Cristo como Aquél que puede dará pleno sentido a su vida personal, familiar y comunitaria. Esto supone que, más que limitarnos a transmitir unos conocimientos, debemos esforzarnos en transmitir una experiencia de vida de fe, que haga posible que Cristo sea aceptado como centro de la vida, del matrimonio y de la familia de los novios.

Algunas orientaciones metodológicas concretas:

1º.- La acogida de los novios que se acercan a la parroquia a solicitar el sacramento del matrimonio reviste una importancia fundamental. A este respecto, el Directorio de la Pastoral Familiar de la Iglesia en España dice: “Lo primero que se ha de cuidar es la recepción de los novios cuando solicitan información de los requisitos que pide la Iglesia para el matrimonio. Por encima de todos los requisitos jurídicos es un momento de encuentro con la Iglesia y de abrirles un camino en el que se les acompañará en todo momento. Para facilitar este encuentro, se puede contar con matrimonios de acogida que realicen esta función” (n. 116). Por consiguiente, debemos procurar que cada parroquia cuente, al menos, con un matrimonio adecuadamente preparado, que complete la acogida de los novios realizada por el párroco en el despacho parroquial, informándoles más detalladamente sobre las catequesis prematrimoniales, ofreciéndoles las diversas posibilidades de preparación, y derivándoles a los catequistas que los imparten.

2º.- Las catequesis pre-matrimoniales deberían realizarse, preferentemente, en las mismas parroquias del domicilio de los novios, con presencia y participación activa de algunos matrimonios de la comunidad y del párroco. Éste sería el ideal a conseguir. Donde esto no sea posible todavía, las catequesis prematrimoniales se impartirán por un equipo de matrimonios y sacerdotes o diáconos pertenecientes a las parroquias del mismo arciprestazgo o localidad.

3º.- La metodología de las catequesis pre-matrimoniales debe ser activa, favoreciendo la participación  personalizada de los novios. Para ello:

-          Es conveniente que el grupo de novios no sea excesivamente numeroso, de modo que sea posible un ambiente acogedor, que permita el contacto personal de los matrimonios catequistas con cada pareja de novios, para que éstos sean escuchados y puedan participar activamente. En consecuencia, se tendrá en cuenta que un número elevado de novios exigirá necesariamente la participación de un número suficiente de matrimonios catequistas.

-          Es muy importante cuidar, desde el primer día, la acogida de las parejas de novios, cuidando que este ambiente de cercanía y familiaridad se prolongue a lo largo de todas las sesiones.

-          La metodología empleada en las catequesis prematrimoniales debe hacer posible la participación activa de los novios. Debemos huir de la tentación de abrumarles con largas charlas o conferencias que no permitan más participación que la formulación de unas preguntas finales. Cada sesión incluirá una exposición breve del tema, un espacio amplio para que los novios puedan expresarse con libertad, y un diálogo final donde los matrimonios catequistas puedan aportar su propia experiencia creyente. Todo ello exige crear un clima de libertad y comunicación, que permita a los novios expresar sus vivencias, inquietudes y dudas; y que ofrezca a los matrimonios catequistas, la posibilidad de compartir con naturalidad su experiencia personal de fe y de vida conyugal. El uso de las nuevas tecnologías puede aportar una ayuda eficaz a la exposición de contenidos, así como a la reflexión y el diálogo.

4º.- Es muy importante que las sesiones incluyan también algún momento de oración, que favorezca el encuentro con Jesucristo a través de la escucha de la Palabra de Dios. El cursillo prematrimonial también podrá incluir alguna celebración como la bendición de los novios, la entrega de la Palabra, o las celebraciones penitenciales y eucarísticas, según las disposiciones concretas de los novios.

5º.- El equipo de catequistas, al completo, participará en las sesiones del cursillo prematrimonial, sobre todo cuando concurran un número elevado de parejas. Los grupos de diálogo no debieran exceder de 4 ó 5 parejas de novios. También es importante contar con la presencia y disponibilidad de un sacerdote.

6º.- Al finalizar las catequesis pre-matrimoniales se invitará a los novios a una participación más activa en la vida de la comunidad cristiana, de un modo concreto y adaptado a la nueva residencia que van a tener. Con permiso de los novios, las parroquias donde se haya celebrado el matrimonio comunicarán su celebración a la parroquia del futuro domicilio de los contrayentes, para que puedan ser visitados y acogidos por aquella comunidad parroquial.

¿CON QUÉ FORMATO?
V.- MODALIDADES DE CURSILLOS


Por el bien de los futuros esposos, las catequesis prematrimoniales no deben ser omitidas. A este respecto, el Directorio de la Pastoral Familiar de la Iglesia en España establece que “la participación en el curso prematrimonial, dada las circunstancias actuales, ha de considerarse como moralmente obligatoria para los que se preparan al matrimonio. (…) Aunque su eventual omisión no debe ser considerada como un impedimento para la celebración del matrimonio, no se ha de dispensar fácilmente de ella” (n.121).

En caso de dispensa, no deberá faltar algún tipo de encuentros con los contrayentes, en los que se traten los temas esenciales de las catequesis pre-matrimoniales.

Todo ello significa que debemos disponer de diversos formatos de catequesis prematrimoniales, adaptados a las circunstancias concretas de los contrayentes. Se proponen dos modelos básicos:


1.- EXTENSIVO: LA “ESCUELA DE NOVIOS”.


-          Con reuniones mensuales.
-          Impartiendo un tema por sesión, con una duración de hora y media.
-          Puede incluir la realización algún retiro espiritual, convivencia, etc.


2.- INTENSIVO: DIEZ SESIONES DE CATEQUESIS.


- Es el Directorio de la Pastoral Familiar de la Iglesia en España quien indica: “La duración mínima de estas catequesis no debería ser inferior a diez temas o sesiones” (n. 119).

- Dos formatos posibles:

- Dos semanas consecutivas, de lunes a viernes, con un tema por sesión.
- Dos fines de semana, consecutivos o alternos, distribuyendo los temas a impartir.
             
Corresponde a cada equipo de catequistas ofrecer los formatos más adecuados a las posibilidades de los novios, respetando siempre de los objetivos, las indicaciones metodológicas y los contenidos básicos propuestos.
           
¿QUÉ TEMAS TRATAR?
IV.- CONTENIDOS


En cuanto al contenido de las catequesis prematrimoniales, el Directorio de la Pastoral Familiar de la Iglesia en España, en su número 118, dice lo siguiente: “De un modo progresivo se les ha de presentar (a los novios) los contenidos de la realidad humana y cristiana del amor conyugal. Así:

  • Amor y persona, con temas como: el significado de ser persona y de la vida conyugal; la vocación al amor, el amor conyugal y sus notas esenciales; la convivencia matrimonial y familiar con sus tareas y sus implicaciones jurídicas.

  • Anuncio del misterio de Cristo y de la Iglesia que están presentes en su matrimonio, con temas como: el descubrimiento de Jesucristo, como el que da sentido a la vida de la persona y a la vida matrimonial; la belleza y bondad del plan de Dios sobre el matrimonio y la familia; la dimensión eclesial y la sacramentalidad del matrimonio.

  • Vida y espiritualidad de la familia, con temas como: los significados propios de la sexualidad humana; la fecundidad del amor esponsal y paternidad responsable; la familia, pequeña iglesia, y su misión; espiritualidad familiar para insistir en los elementos de la vida cristiana, así como la oración y los sacramentos en los que se inserta el sacramento del matrimonio”.


TEMAS EN LOS QUE SE DISTRIBUIRÁ EL CONTENIDO

AMOR Y PERSONA:

1-      Ser persona y vida conyugal: Psicología del hombre y de la mujer.
2-      La vocación al amor.
3-      El amor conyugal y sus notas esenciales. La comunicación y el diálogo.
4-      La convivencia matrimonial y familiar con sus tareas e implicaciones. Organización de la vida familia, prevención y gestión de crisis, educación de los hijos.

ANUNCIO DEL MISTERIO DE CRISTO Y DE LA IGLESIA:

5-      Descubrimiento de Jesucristo, como quien da sentido a la vida de la persona y del matrimonio.
6-      La belleza y bondad del plan de Dios sobre el matrimonio y la familia.
7-      La dimensión eclesial y la sacramentalidad del matrimonio. La ceremonia de la boda y su preparación.

VIDA Y ESPIRITUALIDAD DE LA FAMILIA:

8-      Los significados propios de la sexualidad humana. La fecundidad del amor conyugal y paternidad responsable.
9-      Familia, pequeña iglesia y su misión.
10-   La espiritualidad familiar para insistir en los elementos de la vida cristiana como la oración, los sacramentos  (especialmente Penitencia y Eucaristía) e inserción en la vida comunitaria.


¿QUE AYUDA SE OFRECE?
VI.- RECURSOS Y MATERIALES


La Delegación Episcopal para la Familia y Defensa de la Vida facilitará a los distintos equipos de catequistas los siguientes subsidios y ayudas:


1.- MATERIAL BÁSICO DE LA DIÓCESIS DE CÁDIZ Y CEUTA.


Diez temas con los siguientes apartados:
1-      Introducción: Exposición de la motivación y los objetivos de cada tema.
2-      Contenido:
a.      Breve exposición del tema, no más de dos páginas.
b.      Referencias bibliográfica para ampliar el tema.
c.       Cuestionario para facilitar la reflexión y el diálogo.
3-      Recursos:
a.      Sugerencias para el empleo de nuevas tecnologías.
b.      Materiales de apoyo.
4-      Indicaciones metodológicas para el desarrollo de la sesión.


2.- OTROS MATERIALES DE CONSULTA.


-          Subsidios catequéticos de otras diócesis y movimientos.
-          Páginas disponibles en internet.


3.- CAUCES PARA LA FORMACIÓN PERMANENTE DE LOS AGENTES DE PASTORAL FAMILIAR.


3.1.-  MÁSTER EN PASTORAL FAMILIAR.
3.2.-  JORNADAS NACIONALES Y DIOCESANAS DE FORMACIÓN.
3.1.-  ENCUENTROS DIOCESANOS DE FORMACIÓN, COMUNICACIÓN Y REVISIÓN.                         




[1] CONFERENCIA EPISCOPAL ESPAÑOLA, Directorio de la Pastoral Familiar de la Iglesia en España, n. 117.