Esta noche hemos tenido la oportunidad en La Línea, de orar ante la réplica
del icono de la Virgen de Czestochowa.

Al
final todos hemos pasado a venerar el icono, cerrando nuestros ojos para poner
ante Ella aquello que más nos preocupa y para recibir la bendición que su hijo,
Jesús, nos ofrece con su mano levantada. El rostro de la Virgen expresa
profunda tristeza y seriedad, como reflejo del sufrimiento al que se ha visto sometido
el pueblo polaco a lo largo de su historia.
Ha sido una noche de bendición y de alegría. Todos los hermanos reunidos en torno a la madre.
