viernes, 22 de marzo de 2013

Chiara Lubich ejemplo de unidad de la Iglesia






Cuando se cumplen cinco años de la muerte de Chiara Lubich, fundadora del Movimiento de los Focolares, muchos en la Iglesia y en el mundo rememoran su figura, su aportación a la Iglesia de hoy y su carisma. El jueves 14 de marzo, aniversario de su muerte, se celebró un acto en el Centro Cultural de Unicaja, en la gaditana calle de San Francisco, que reunió a un nutrido grupo de amigos del Movimiento de los Focolares en la provincia y de algunos representantes de otros movimientos eclesiales de la diócesis.

El centro del acto lo ocupó la conferencia del agustino Manuel Morales sobre una de las últimas acciones más relevantes de Chiara Lubich, junto a otros líderes cristianos de hoy: Juntos por Europa, un evento que reúne a los movimientos y comunidades cristianas de Europa. Una acción que responde al núcleo central de la vida de la Iglesia y al programa de toda la vida de Chiara Lubich: “que todos sean uno”. Todos. A lo largo de su existencia, «Chiara Lubich –como afirmaba el Padre Morales- ha establecido puentes con los demás Movimientos, con las otras Iglesias, ha penetrado en las mezquitas, en las escuelas budistas, en las sinagogas… Ha creado una profunda amistad con personas de convicciones no religiosas. Ha llevado la categoría de la fraternidad al mundo de la política, ha puesto en marcha “la economía de comunión” de la que habla Benedicto XVI en su Encíclica sobre “la caridad en la verdad”, ha iluminado los “mundos” de la cultura, del arte, de la filosofía y la teología, de la comunicación, la sicología…»

La expresión «Juntos por Europa» encierra un conglomerado de iniciativas y actividades de lo más variado que llevan a cabo comunidades y movimientos de distintas Iglesias cristianas con el fin de favorecer la paz, la reconciliación y la fraternidad en un continente que parece estar olvidando sus raíces. Por otra parte, es el título que se le ha dado a grandes manifestación que han tenido lugar en varias ocasiones. En dichas manifestaciones han participado miles de personas, tanto en directo como en conexión televisiva, y su objetivo principal era poner de relieve que las comunidades y los movimientos cristianos, aun siendo bien distintos por cultura, lengua y campo en el que operan, comparten un amplio espectro de valores y de ámbitos de actuación. Una acción concreta con la que el Espíritu Santo mueve a los cristianos europeos a subrayar las raíces genuinas del viejo continente en el espíritu evangélico del amor y la unidad, dando a conocer la labor y la presencia de los movimientos y las comunidades cristianas en el ámbito sociopolítico europeo, con el fin de favorecer el proyecto de una Europa solidaria, inclusiva y de raíces cristianas.