El último sábado del mes de mayo
dedicado especialmente a María Inmaculada y en vísperas de la fiesta de la
Santísima Trinidad, un grupo de familias convocadas por la Delegación Episcopal
de Pastoral de la Familia y Vida se unieron en oración y convivencia en el Monasterio
de la Cartuja de Jerez regentado por las Hermanas de Belén.
A los matrimonios de los diferentes rincones
de nuestra diócesis (Cádiz, San Fernando, Palmones, Algeciras, Chiclana) se
unieron miembros de la Pastoral de Familia y Vida de la Diócesis de Jerez.
El Retiro dio inicio con el rezo de Laudes
tras el que el P. Juan Carlos García Jarama ofreció una plática centrada en la
Santísima Trinidad, al que siguió un espacio de tiempo para la oración en el ambiente de
silencio del Monasterio. Por la tarde tras el almuerzo compartido hubo una
tertulia sobre el sentido y significado de la liturgia concretada en el domingo
de la Trinidad.
Esta jornada de Retiro es fruto de los
pasados Ejercicios Espirituales para Matrimonios y Familias donde los
asistentes mostraron su interés por prolongar esos los Ejercicios en silencio
con jornadas de retiro periódicas durante el año.
Ha sido una jornada llena de la alegría y el
entusiasmo del Espíritu Santo para volver cada uno a sus lugares de origen y a
sus compromisos apostólicos. Habitados por el Espíritu Santo podremos llevar ese
Amor de forma concreta y realista al servicio
humilde y sencillo de cada uno (ya sea en Cáritas, en las Catequesis
parroquiales, en la pastoral familiar o en cualquier iniciativa de nueva
evangelización).
Finalizamos el Retiro convivencia
participando en el rezo de Vísperas junto a las Hermanas de Belén en la Iglesia
del Monasterio. Mirando a la Virgen, pidiendo tener sus actitudes, situando en
el centro a Dios volvemos con renovados deseos de encuentro con el Señor cada
día, especialmente en los sacramentos, en la oración, en la lectura espiritual,
en la vida comunitaria, en el acompañamiento espiritual, … Asó podremos hacer
un servicio humilde y fecundo para acercar a otros al Señor, para
transformarnos en facilitadores del encuentro con Jesucristo de la mano de la
Iglesia.