El pasado
Domingo, próximo al 4º aniversario de la vigente ley del aborto, se rezó el Rosario
por la vida en la gaditana plaza de San Antonio. Desde 2012, se ha celebrado
todos los años en estas fechas, alrededor del 5 de Julio.
El acto fue convocado por la Delegación
Episcopal de Familia y Defensa de la Vida y la asociación provida de la Iglesia
Católica, “Spei Mater”, con el fin de orar por la vida y denunciar el drama
inhumano y oculto del aborto. Este año, el apoyo de todos los partidos
parlamentarios españoles a la ley abortista ha supuesto un hecho terrible que
justificaba, aún más, que los cristianos y todos los que defendemos la vida lo
manifestásemos públicamente.
Todo comenzó
con la salida de la Virgen de Fátima, precedida por una cruz de las Madres
Carmelitas de Cádiz, que se unieron desde el monasterio a la oración. A
continuación, el P. Óscar González Esparragosa, párroco de San Antonio de Padua
y Delegado de Familia y Defensa de la Vida, expuso la necesidad de respetar y defender
la vida desde su concepción. Una colaboradora de Spei Mater dio lectura al
manifiesto por la vida de este año. Empezó con las palabras: “tu clamor llega a mí, pequeño ser, desde
todos los confines del mundo”. En él se denunció que “ningún progreso es factible si no se garantiza el derecho de una madre
de dar a luz un hijo vivo”. Finalmente, se reclamó “el derecho del hijo a encontrarse con sus padres en el momento en que
el milagro de la concepción ocurre, su derecho a ser deseado, a ser amado”.
El
Rosario por la Vida fue desgranado por representantes del movimiento de
jubilados y mayores “Vida Ascendente” que colabora -mediante su oración- con la
atención personal en embarazo inesperado y trauma post-aborto, la asociación
familiar “Equipos de Nuestra Señora”, el grupo de alabanza “Fuente de Agua Viva”,
los Hogares y Cooperadores “Don Bosco” y el Camino Neocatecumenal. Cada uno de
los misterios gloriosos fue precedido por un anuncio del Evangelio de la vida,
y dedicado a las parejas con embarazo inesperado, a las personas que
sufren el trauma de haberse sometido o haber participado en abortos, y a quienes
ayudan a estas personas defendiendo la vida.