lunes, 29 de junio de 2015

Por la vida, a contracorriente


 El pasado Domingo, próximo al 4º aniversario de la vigente ley del aborto, se rezó el Rosario por la vida en la gaditana plaza de San Antonio. Desde 2012, se ha celebrado todos los años en estas fechas, alrededor del 5 de Julio.


El acto fue convocado por la Delegación Episcopal de Familia y Defensa de la Vida y la asociación provida de la Iglesia Católica, “Spei Mater”, con el fin de orar por la vida y denunciar el drama inhumano y oculto del aborto. Este año, el apoyo de todos los partidos parlamentarios españoles a la ley abortista ha supuesto un hecho terrible que justificaba, aún más, que los cristianos y todos los que defendemos la vida lo manifestásemos públicamente.

 Todo comenzó con la salida de la Virgen de Fátima, precedida por una cruz de las Madres Carmelitas de Cádiz, que se unieron desde el monasterio a la oración. A continuación, el P. Óscar González Esparragosa, párroco de San Antonio de Padua y Delegado de Familia y Defensa de la Vida, expuso la necesidad de respetar y defender la vida desde su concepción. Una colaboradora de Spei Mater dio lectura al manifiesto por la vida de este año. Empezó con las palabras: “tu clamor llega a mí, pequeño ser, desde todos los confines del mundo”. En él se denunció que “ningún progreso es factible si no se garantiza el derecho de una madre de dar a luz un hijo vivo”. Finalmente, se reclamó “el derecho del hijo a encontrarse con sus padres en el momento en que el milagro de la concepción ocurre, su derecho a ser deseado, a ser amado”.

 El Rosario por la Vida fue desgranado por representantes del movimiento de jubilados y mayores “Vida Ascendente” que colabora -mediante su oración- con la atención personal en embarazo inesperado y trauma post-aborto, la asociación familiar “Equipos de Nuestra Señora”, el grupo de alabanza “Fuente de Agua Viva”, los Hogares y Cooperadores “Don Bosco” y el Camino Neocatecumenal. Cada uno de los misterios gloriosos fue precedido por un anuncio del Evangelio de la vida, y dedicado a las parejas con embarazo inesperado, a las personas que sufren el trauma de haberse sometido o haber participado en abortos, y a quienes ayudan a estas personas defendiendo la vida.