jueves, 18 de abril de 2013

Maria Teresa Rosety (Testimonio de los Ejercicios Espirituales)


Esta mañana bromeaba yo con mi Amigo y le decía que estos Ejercicios Espirituales son como un antídoto o “chute” contra la astenia primaveral. Todos los años a estas alturas del calendario me arrastro por la vida soportando un tremendo cansancio, de los pies a la cabeza. No es nada original. Cada año oigo a mi alrededor gente comentando lo mismo por estos días.


Este año, en cambio, salto de la cama antes de que suene el despertador, y ya está ahí mi Amigo, con su eterna sonrisa, conquistándome para la vida. Es increíble el “subidón”. Y yo le digo: ¡Venga! Vamos juntos a la tarea de este día, que esta noche te conoceré un poquito mejor y así podre quererte más y hacer que también otros te conozcan, te quieran y te sigan.

Y en el finde ¿qué fue lo “más”?. Sentir que mi Amigo, mi Salvador y Redentor, tenía un Corazón lleno de sentimientos - inquietudes, tristezas, alegrías- que quería compartir conmigo en cálida charla. Y en ese Corazón en el que todos cabemos, también estoy yo. El me quiere y espera siempre mi respuesta comprometida, generosa y humilde, desde que el mundo es mundo. Igual que a ti.