¿EL ABORTO COMO DERECHO?
Entre los planteamientos
que la progesía recoge en su incoherente ideología, nos encontramos con el uso
de las palabras derecho y libertades individuales presentadas sin ninguna
argumentación, y ofrecidas para su aceptación como una tarta bien adornada. Lo
que unos ignoran y otros maliciosamente callan, es que los derechos y las
libertades tienen un campo limitado y que ambos están condicionados y acotados por
las libertades y derechos de los demás.
Por eso, los abortistas ignoran completamente al
concebido, no existe, no lo nombran jamás para evitar que sea objeto de
derecho, como dice el artículo 3 de la Declaración de los Derechos Humanos y el
15 de nuestra propia Constitución. Al no contemplar la existencia del no nacido,
la mujer se considera totalmente libre para actuar según sus deseos. Ese es su
derecho ilimitado.
Por eso, contra toda naturaleza y
tradición, los nueve meses más seguros de la vida, los que transcurren en el
vientre de la madre, se han convertido en los más peligrosos, pues depende
absolutamente, de la voluntad de ella; con razón nos decía nuestro obispo, en
la recientemente celebrada Eucaristía
por la vida, que “el no nacido está
mucho más desprotegido que cualquier excluido”
Aunque tardíamente, al contemplar la
apatía, cuando no la connivencia, de los políticos ante el fenómeno de la consideración
del aborto como derecho contra todo argumento histórico y moral, la sociedad
civil ha tenido que movilizarse y formar numerosísimas organizaciones y marchas
en cuantiosas partes del mundo que están teniendo un efecto muy importante
aunque por el momento no suficiente. Han conseguido dar la vuelta a las
tendencias de opinión que en estos momentos ya son mayoritariamente favorables
a la abolición del aborto como un derecho, y continuarán hasta conseguir su
consigna “aborto cero”.
El aborto como derecho fue una de
las primeras medidas del gobierno Zapatero. Desgraciadamente muchos países lo
han tomado como ejemplo en sus legislaciones. Ahora estamos a la espera de que el
anteproyecto de Ley Orgánica para la protección de la vida del concebido y de
los derechos de la mujer embarazada, presentado
por el PP, pase al Parlamento para ser aprobada sin mutilación alguna,
soportando las presiones de fuera y dentro de su partido.
Las manifestaciones que feministas
radicales de algunos países han realizado contra esta ley española, denotan a
las claras la repercusión que va a tener universalmente esta nueva ley, y la
importancia para revertir una situación tan injusta e inmoral.
Miguel
Ángel de la Huerga
Director del COF CÁDIZ