martes, 19 de noviembre de 2013

CLAUSURA XXXV SEMANA DE LA FAMILIA - Oficio de las celebraciones litúrgicas

S.A.I. Catedral de Cádiz
Delegación Episcopal de Pastoral Familiar




Clausura
de la
XXXV Semana de la Familia
“La verdad del amor humano”

XXIII Domingo del Tiempo Ordinario
17 de Noviembre de 2013

PROFESIÓN DE FE EN FAMILIA

            Finalizada la Homilía, estando todos de pie, el celebrante introduce la Profesión de fe con estas palabras u otras semejantes:

Hace un año, al comienzo del Año de la fe, se nos entregó el texto del Símbolo de la Fe. Hoy proclamamos solemnemente el Credo en familia.
Con nuestros hijos, recordando el bautismo como inicio del camino de nuestra fe y la misión de todo cristiano de testimoniarla, queremos profesar solemnemente en la Iglesia, comunidad de creyentes, nuestra adhesión al Padre que nos ama;  en el Hijo que nos libera; y en el Espíritu Santo que anima nuestra vida en la Iglesia y en el mundo.

         El celebrante hace la introducción a los artículos de la fe, y uno va diciendo el texto en voz alta (un padre, una madres, un abuelo, una abuela, un hijo, una hija). La asamblea responde junta al unísono

       
CREEMOS EN DIOS.- Creemos que Dios es único, absolutamente uno. Es el “el que es”, El es “amor”. Aquel que ha querido darse a conocer a nosotros revelándose como Padre, Hijo y Espíritu Santo de cuya vida eterna estamos llamados por gracia a participar, aquí abajo en la oscuridad de la fe y más allá de la muerte en la luz eterna.

             R/ Señor yo creo (3), pero aumenta mi fe

CREEMOS EN JESUCRISTO.- Creemos en nuestro Señor Jesucristo, que es el Hijo de Dios. El es el Verbo eternal, nacido del Padre antes de todos los siglos por quien todo ha sido hecho. Se encarnó por obra del Espíritu Santo en el seno de la Virgen María y se hizo hombre: igual, por tanto, al Padre, según la divinidad e inferior al Padre, según la humanidad.

CREEMOS EN EL ESPÍRITU SANTO.- Creemos en el Espíritu Santo, que es Señor y da la vida, que con el Padre y el Hijo recibe una misma adoración y gloria. El nos ha hablado por los profetas y ha sido enviado a nosotros por Cristo después de su Resurrección y su Ascensión al Padre. Él ilumina, vivifica, protege y guía la Iglesia, purificando sus miembros. Su acción, que penetra hasta lo más íntimo del alma, tiene el poder de hacer al hombre capaz de corresponder a la llamada de Jesús: «Sed perfectos como vuestro Padre celestial es perfecto».

CREEMOS EN LA IGLESIA.- Creemos en la Iglesia, que es Una, Santa, Católica y Apostólica, edificada por Jesucristo sobre la piedra que es Pedro y fundada sobre los apóstoles. Ella es el Cuerpo Místico de Cristo, Iglesia terrestre, pueblo de Dios peregrino, Iglesia colmada de bienes celestiales. Creemos, así mismo, todo lo que está contenido en la Palabra de Dios escrita o transmitida y que la Iglesia propone para creer, como divinamente revelado por el magisterio ordinario y universal.

CREEMOS EN EL PERDÓN DE LOS PECADOS.- Creemos que Nuestro Señor Jesucristo, por el Sacrificio de la Cruz nos rescató del pecado original y de todos los pecados personales cometidos por cada uno de nosotros, de modo que, según afirma el Apóstol, adonde había abundado el pecado, sobreabundó la gracia. Creemos en un solo Bautismo, instituido por Nuestro Señor Jesucristo para el perdón de los pecados.

CREEMOS EN LA COMUNIÓN DE LOS SANTOS Y EN LA VIDA ETERNA.- Creemos que la multitud de aquellos que se encuentran reunidos en torno a Jesús y a María en el Paraíso forman la Iglesia del Cielo donde, en eterna bienaventuranza, ven a Dios tal como es en la gloria y que interceden por nosotros ayudándonos en nuestra flaqueza mediante su solicitud fraternal.

ORACIÓN UNIVERSAL:

            Terminada la profesión de fe, el celebrante introduce la Oración Universal.


Dios Padre escucha siempre la voz de los pobres que humildemente se dirigen a Él: con fe elevemos nuestra plegaria.

        Oremos diciendo: Cuida, Señor, a tu familia

1.    El Señor colme de gracia a la Iglesia para que cada bautizado crezca en santidad; los obispos y sacerdotes sean conformes a Jesús, Buen Pastor; los consagrados extiendan el buen perfume de Cristo.
2.    El Señor ilumine a los gobernantes con su Espíritu para que cada hogar tenga las condiciones dignas para vivir; las familias gocen de la serenidad de un trabajo estable y seguro; los pobres, los que sufren y las personas débiles reciban ayuda y esperanza
3.    El Señor infunda su Espíritu de fortaleza y de : los cristianos ofendidos, los encarcelados y maltratados encuentren consuelo; los perseguidores y los violentos se conviertan; y en todos los pueblos se garantice la libertad religiosa
4.    El Señor aumente en todos la capacidad de amar: los esposos vivan con alegría su mutua entrega; los hijos crezcan en sabiduría y gracia; los ancianos den testimonio evangélico de su fe.
5.    El Señor provea obreros para su mies: los niños adquieran el arte de darse a los demás; los jóvenes no tengan miedo de una entrega radical; los padres no impidan a sus hijos entregarse totalmente al Señor

Celebrante:

Oh Dios, Padre bueno y providente,
llegue nuestra súplica a ti
y descienda sobre nosotros
tu misericordia y tu bendición.
Por Cristo nuestro Señor



Oficio de las celebraciones litúrgicas