ORACIÓN POR LA VIDA ANTE LA VIRGEN DEL ROSARIO
Clausura de la XXXV Semana de la Familia
Domingo, 17 de noviembre de 2013
Madre nuestra, venimos ante ti en oración. Queremos rogarte por
nuestras familias, y darte las gracias porque sabemos que tu corazón está con
nosotros en medio de las dificultades grandes y pequeñas de cada día. Ayúdanos,
madre, a vivir nuestra vida en familia de forma abierta y acogedora hacia todos
los que nos necesitan.
Pero venimos hoy ante ti con un ruego especial en nuestro corazón. Tú
sabes, María, cuál es el tremendo drama del aborto en España y
en todo el mundo. Sabes cuánto dolor escondido hay en esas chicas que han
pasado por la experiencia de haberse dejado arrancar a su propio hijo de las
entrañas. Te pedimos hoy por ellas, y por los padres de los niños abortados,
para que puedan acoger la misericordia de Dios y sanar esa tremenda herida en
su memoria y en su corazón.
Te pedimos también, Señora del Rosario, madre nuestra, por todos esos
niños que no llegan a nacer. “¿Puede una madre olvidarse del hijo de sus
entrañas? Pues aunque ella se olvidase, yo no me olvidaré” –dice el Señor-.
María, tú que eres la mejor madre, la más llena de amor, la que puede
representar a todas las madres de la tierra, acoge a esos niños y preséntalos
al Padre, para que sean acogidos en la compañía de los santos. Dales tú el amor
que en la tierra no les hemos sabido dar, para que allí, junto a Dios, le
rueguen por nosotros y por sus padres. Y para que puedan un día reunirse con
ellos en el Cielo, con todas las heridas sanadas por el amor de Dios.
Te pedimos, Madre, por una sociedad enferma, que ha perdido de vista el
sentido maravilloso de la entrega amorosa del hombre y la mujer. Ayúdanos a ser
capaces de dar una verdadera formación afectiva y sexual a nuestros jóvenes.
Pide al Padre, por el amor que Cristo derramó en la cruz, que nos envíe la luz
del Espíritu Santo. Que esa luz abra el velo de nuestra mirada y nuestra
conciencia, de toda la sociedad, para que no siga siendo indiferente ante el
holocausto del aborto. Que no sigamos viendo con indiferencia cómo en las
pruebas prenatales se identifica los niños con síndrome de Down o con otras
patologías, con el único fin de abortarlos. Que la ley no siga sirviendo de
excusa para empujar al aborto a tantas mujeres que se han quedado embarazadas y
a quienes nadie en su entorno quiere ayudar a que tengan a sus hijos.
Ayuda, Madre de la Vida, a las personas que trabajan por un mundo más
amoroso y justo, donde los más débiles no sean despreciados, y donde las madres
puedan tener a sus hijos. Ayuda a las asociaciones en defensa de la vida, y
ayuda al Secretariado de Defensa de la Vida, recientemente fundado en nuestra
Diócesis de Cádiz y Ceuta, para que pueda ejercer bien la labor que nuestro
Obispo le ha encomendado. Mueve los corazones de todas aquellas personas que
con la oración, la palabra y las obras, deseen colaborar en esta defensa de la
vida.
Madre, sabemos que estás siempre con nosotros, nos escuchas y nos
alientas. Ayúdanos a perseverar y a poner siempre nuestra esperanza sólo en
Dios.
¡Bendita seas, Madre!
Dios te salve, María…