sábado, 27 de septiembre de 2014

"Aprendamos a amar es una propuesta educativa sobre sexualidad atractiva, profunda y verdadera"

Entrevista a Begoña Ruiz Pereda, encargada de impartir los cursos de formación “Aprendamos a Amar” cuya próxima edición tendrá lugar en Algeciras a partir del 3 de octubre.

Desde que Juan Pablo II impulsara la teología del cuerpo, son muchas las diócesis españolas que pusieron en marcha cursos de formación sexual y afectiva. Un proyecto educativo que combina materiales de trabajo y Cursos de Formación de Monitores.


Hay quien piensa que la Iglesia está obsesionada con “el tema del sexo”: cursos, charlas ..¿qué importancia tiene para la vida eclesial una formación afectiva y sexual correcta?

Más bien diría que la obsesión enfermiza está en la vivencia de la sexualidad desvinculada del amor. Basta analizar la mayor parte de las series de televisión que nos ponen delante cada temporada. En la Iglesia la educación afectivo-sexual es importante porque toca de lleno el sentido de la vida y de la propia dignidad. Es fundamental para vivir y relacionarse de forma sana.
Estos cursos de formación afectiva y sexual van dirigidos tanto a padres, catequistas, profesores, sacerdotes, seminaristas, responsables de jóvenes ¿Por qué esa amplitud? ¿no sería mejor sólo darlo, por ejemplo, a los padres?
La razón es que todos somos personas sexuadas, todos tenemos identidad personal, entramos en relación y debemos crecer en madurez afectiva. Aprender a amar es el arte de la vida y nadie se convierte en maestro sin dedicar horas para escuchar, reflexionar, contrastar, y aprender de errores y aciertos….
Ha mencionado antes los modelos televisivos que son en muchos casos completamente contradictorios con la educación afectiva que propone la moral cristiana y humanística ¿Cómo pueden los padres educar a sus hijas e hijos en una vivencia normalizada, sana y moral en medio de este bombardeo de modelos opuestos?
Los padres necesitan formarse en este tema tan esencial para llevar adelante su tarea educadora. El curso que la diócesis les ofrece es un medio, también hay buenos libros para leer y trabajar, escuelas de padres… etc. Su actitud ha de ser no temer la conversación con sus hijos, más bien desearla y buscarla. Ya digo, si se sienten inseguros es que necesitan formación. Después también han de buscar acercarles a ambientes sanos donde puedan vivir amistades no erotizadas, sino basadas en aficiones e ideales compartidos. Si estos ambientes no existen en el entorno cercano, entonces habrá de surgir la pregunta: junto con otros adultos responsables, ¿no tendremos nosotros que crearlos?


¿Es posible un cambio de mentalidad en una sociedad pansexualizada ¿Qué consecuencias tiene, para adolescentes y futuros padres esta concepción?

Preguntas por las consecuencias, te diré la que más me preocupa: la infidelidad y por tanto desconfianza. Hoy la superficialidad y el desfase es inversamente proporcional a la tristeza, desesperanza y soledad que viven tantos jóvenes metidos en esa burburja de diversión en plan desenfreno. Preguntas también si es posible cambiar esa mentalidad, te respondo que sí. Aunque los jóvenes están hoy más heridos, también es cierto que esas dificultades les pueden hacer más conscientes de la necesidad de escuchar un mensaje distinto.
Uno de los puntos clave del curso es saber responder, especialmente a niños y adolescentes ante estas realidades. Durante muchos años ¿Hemos evitado estas respuestas por ignorancia o por miedo? Y sobre todo ¿sirven para algo?
Mi experiencia es que las respuestas que aportamos a padres y profesores sí que calan y convencen. De hecho antes de que el curso termine, pues se desarrolla a lo largo de tres fines de semana distanciados entre sí, mucha gente se acerca para contarme anécdotas de conversaciones con sus hijos o alumnos.
Ahora mismo hay una propuesta educativa sobre sexualidad que creo que es atractiva, profunda y verdadera. Es verdad que en el pasado ha habido mucho tabú y miedo a hablar, pero ahora mismo, cualquiera que quiera formarse en estos temas, tiene una amplia variedad de posibilidades para hacerlo.
España es uno de los países con mayor tasa de divorcios en Europa. Viendo los resultados de este triste listado cabe preguntarse si, en los cursillos prematrimoniales e incluso en sesiones previas se forma y se informa con suficiente profundidad a los novios de lo que significa el matrimonio
Creo que esta es una de las importantes asignaturas pendientes que tenemos actualmente en la Iglesia. Ser capaces de crear itinerarios de formación y maduración en el amor. Por lo tanto, la respuesta es no, todavía no lo hacemos, la gente que viene a casarse por la Iglesia recibe una formación totalmente inadecuada respecto de su necesidad de cara a formar un matrimonio cristiano.
En una sociedad en la que la casuística se multiplica en formas muy variadas ¿cómo atender personalmente cada uno de los casos? ¿Son útiles iniciativas como los Centros de Orientación Familiar?
Te respondo desde mi propia experiencia, llevo muchos años involucrada en la vida de varios Cof´s y dando cursos de este tipo. ¿Sirven de algo? Pienso que sí. Son innumerables las personas que he visto beneficiarse a través de la ayuda terapéutica y la formación. Es tan importante abrir el corazón, mirar la vida, aprender, entender vivencias pasadas, corregir, perdonar, mirar hacia delante con nueva esperanza… reconozco que yo misma he crecido a nivel personal, que he aprendido mucho y que vivo mejor, qué duda cabe, sí merece la pena.
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